Después de tantos años, han sido muchas las conceptualizaciones, representaciones y técnicas que he aplicado a mi trabajo creativo y, ahora más que nunca, todas me parecen vigentes e interesantes de algún modo. Día a día, como una costumbre más, registro mi entorno próximo con el único criterio de mi propia mirada, y sin objetivos concretos, mediante tomas analógicas instantáneas o capturas digitales que imprimo con diversas técnicas, ya que es importante para mí contar con las imágenes sobre papel aunque casi nunca las utilizo de una forma inmediata. Por lo tanto mi trabajo creativo principal se sitúa —más allá del proyecto— en torno a la idea de archivo, entendido como un depósito contenedor de registros de la memoria propia, tanto para hacerla tangible como para documentar el imaginario personal. Este conjunto, que he denominado Archivos de una Memoria, carece de un plazo de ejecución determinado, se moldea con el paso del tiempo y no tiene un final previsto. Quizás por ello, en los últimos años, he decidido añadirle mis dibujos y textos cortos —imágenes casi—, ampliando y haciendo más compleja aún la diversidad de sus fondos.
Los proyectos que realizo y estos archivos están permanentemente conectados. Bien porque los primeros son generados por los contenidos de los segundos, mediante la reordenación constante de sus discursos internos, o bien porque las imágenes creadas excepcionalmente en un contexto proyectual formarán parte también de los registros archivados.
En mis proyectos más recientes pretendo configurar un lenguaje expresivo, con esas capacidades propias y reconocibles del archivo, para generar narraciones visuales de diversas temáticas entrecruzadas (identidad, memoria, conocimiento, espacios, tiempo, visibilidad...). Para ello utilizo todas las formalizaciones fotográficas que me han interesado a lo largo de tantos años (atravesados desde 2000 por la idea de archivo), junto con los dibujos y textos que he realizado paralelamente, para construir dispositivos narrativos activados por las relaciones visuales que pueden establecerse entre aquellos elementos (imágenes) que los componen, tanto para amplificar la percepción de los relatos como para incorporar a estos las experiencias personales del espectador–lector.
After so many years, there have been a great many conceptualizations, representations and techniques that I have applied to my creative work. Now more than ever, all of them somehow seem to be valid and interesting. Day after day, as I do when it comes to any other habit of mine, I check my environment using my own gaze as the only valid criterion. I have no specific goal in mind and just take instant analogical photographs or digital captures that I print by means of different techniques. It is always important for me to have the images on paper although I hardly ever use them straightaway. Therefore, it can be said that my more relevant creative work evolves, rather than around the idea of project, around the idea of file –and here file means a deposit containing the records of one’s own memory. The goal is as much to make memory tangible as to document a personal set of images. The present collection, which I have called Archivos de una Memoria [Files of a Memory], lacks a specific deadline, changes with the passing of time and does not have a foreseeable end. Maybe because of this, in the last few years I have decided to add some of my drawings and short texts –almost images in themselves, thus expanding the diversity of the files and making it even more complex.
All the projects I undertake and these files are permanently connected, either because the former are generated by the content of the latter by means of the constant rearrangement of their internal discourses or because the images that are exceptionally created in the context of a project become a part of the filed records.
In my more recent projects I have tried to shape an expressive language with the specific characteristics that are recognizable in an archive. The objective is to generate visual narratives on different interwoven subjects, such as identity, memory, knowledge, spaces, time and visibility. In order to do so, I use the multiplicity of looks and techniques that have shaped my photographic work, which recurrently has been visited by the idea of file since 2000. I also resort to drawings and texts that I have carried out simultaneously so as to construct narrative devices that are activated by the visual connections that can be established among the different elements –images—that make them up in order not only to multiply the ways of perceiving the narratives but also to incorporate into those narratives the personal experiences of the viewer–reader.